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Aprender con las manos

Mantener el interés de las niñas por las carreras STEM

Tres barreras y tres posibles soluciones
18 de marzo de 2022 –
 Redacció

En la sede de Girona de la entidad ENGINYER-era (premio TIC 2021) no es extraño ver niñas haciendo funcionar coches con la fuerza de un globo, construyendo molinos hidráulicos o poniendo luces LED a prendas de ropa. Su impulsora, Silvia Planella lo cuenta siempre muy claro: los estereotipos de género y múltiples factores socioculturales hacen que la mujer tenga, todavía, una escasa presencia tanto en el ámbito educativo como profesional en los sectores de ámbito STEM, es decir, de ámbito científico y tecnológico.

Barrera número 1. La carencia de referentes
Aún hoy en día no es fácil encontrar nombres propios femeninos que inspiren a las nuevas generaciones. Solo hay que dar un vistazo a la lista de premios Nobel del 2021: de los diez ganadores, solo uno de los premiados es una mujer –la filipina Maria Ressa– y ganó en una categoría humanística, no científica. De hecho, estamos bien poco acostumbrados a ver mujeres recoger el prestigioso premio sueco. Desde 1901, lo han ganado 54 mujeres en contraposición a 871 hombres. Y la mayoría de ellas, como Ressa, lo han hecho en categorías como el de la Paz o el de Literatura.
Solución: Añadir imágenes de mujeres matemáticas o científicas a los materiales del aula y asignar trabajos individuales o en grupo que resuman o contextualicen los logros de las mujeres en estas asignaturas también puede cambiar las percepciones sobre quienes pertenecen.

Barrera número 2: el estereotipo de la maternidad
En la etapa pre doctoral las mujeres representan el 55% del personal en los centros de investigación, pero solo el 27% son líderes de grupo. Según el estudio del grupo de investigación GenTIC del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), de las 15 entrevistadas, que tienen entre 18 y 29 años, 9 consideraban que ser madre las penalizaría y les impediría desarrollar una carrera exitosa, un hecho que consideraban que no los sucedía a sus compañeros hombres.
Según cifras de la UNESCO, en todo el mundo el 30% de las chicas eligen el ámbito STEM en secundaria pero al final solo un 3% decide estudiar una carrera de tecnologías de la información y la comunicación y sólo un 5% las de matemáticas y estadística, respecto a los hombres. En cuanto al Estado, en la última publicación del Ministerio de Educación y Formación Profesional, Igualdad en Cifras MEPF 2020, la tasa de matrícula universitaria de las mujeres representa el 55,2% del alumnado. De hecho, el 52,4% de las mujeres entre 25 y 34 años tiene estudios superiores ante el 40,6% de los hombres.
Solución: Hacer visibles a las mujeres que han sido madres y mantienen carreras científicas de éxito a la vez que se fomentan políticas de conciliación familiar.

Barrera 3: el formato de los exámenes es importante
Las investigadoras del estudio de la UOC, publicado en la revista Emerging Adulthood y liderato por la investigadora Milagros Sáinz, también han concluido que los estereotipos de género continúan están presentes en estos sectores tradicionalmente masculinos, como la ingeniería o la informática, cosa que hace que las mujeres infravaloren sus propias capacidades para elegirlas como carreras. ¿Pero por qué?
Curiosamente, un análisis reciente de las pruebas de admisión en las escuelas secundarias de élite de la ciudad de Nueva York encontró que a la Stuyvesant High School (considerada la más rigurosa de la ciudad) las chicas tenían mejores notas de matemáticas de nivel superior, pero en general habían obtenido una puntuación inferior a la prueba de admisión, de forma que la tasa de admisión era más baja. Esto no es para que las chicas sean peores en matemáticas, sino que puede ser porque aciertan menos (o se arriesgan más) en las pruebas de elección múltiple, mientras que tienen un mejor rendimiento con las respuestas abiertas en las cuales tienen que escribir y razonar la respuesta, según el estudio.
Solución: Alejarse de las pruebas de opción múltiple (a menudo un elemento básico en matemáticas y ciencias) y poner más énfasis en las evaluaciones abiertas que permitan a los estudiantes, especialmente a las chicas, demostrar su competencia mediante problemas de palabras o escritura, donde sentirse más seguro.

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