El espacio está lleno de desechos terrestres. Hablamos de satélites abandonados pero también de más de un centenar de millones de fragmentos de chatarra, la mayoría de los cuales no superan los 10 centímetros de diámetro.
Todos ellos orbitan alrededor de la Tierra, a la deriva, y a medida que aumentan en número también suben las posibilidades que estos fragmentos choquen contra un satélite o, el que sería peor, contra una nave tripulada.
Para concienciar a los niños de esta problemática, en el ámbito educativo, la plataforma Scratch y la placa de programación Micro:bit permiten programar un videojuego con el cual podemos jugar a recoger basura espacial con un cohete.
Satélites basureros
Se trata de un sector en auge con unas posibilidades de negocio muy grandes. De hecho, ya hay varias organizaciones trabajando en el desarrollo de satélites basureros que puedan recoger estos restos que nosotros mismos hemos generado.
Cómo explica el divulgador científico Joan A. Català-Amigó en el artículo Ferralla en òrbita (revista Sàpiens 247), en 2021, en el mismo cohete donde se elevaba la Enxaneta -el primer nanosatélite catalán- también voajaba un aparato de la compañía japonesa Astroscale que tenía la misión de hacer la primera prueba de recogida de chatarra espacial.
La misión de Astroscale estaba compuesta por dos naves: una simulaba ser basura y la otra, la recogía
También la Agencia Espacial Europea está haciendo sus propias investigaciones. El 2019 presentó la iniciativa ClearSpace-1, una de las propuestas más completas de las que se han hecho hasta ahora para desarrollar widgets tecnológicos de limpieza espacial.
Para saber más cosas de la historia y el impacto que puede tener la chatarra espacial podéis leer el artículo Ferralla en òrbita del número 247 de la revista Sàpiens.
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