Divertirse con los alumnos sin perder el control de la clase, especialmente en el caso de la ESO, es todo un reto. Con estos consejos os resultará más fácil encontrar el equilibrio entre el “colegueo” y el autoritarismo.
Saludo inicial personalizado y asignación de asientos
Exacto, nada de sentarse dónde a cada cual le dé la gana. En el libro Primeros días en clase: como ser un profesor efectivo, Rosemary y Harry Wong recomiendan saludar un por uno los alumnos cuando entren a clase (con un apretón de manos de manos y una pregunta sobre el verano, por ejemplo) y acto seguido indicarles cuál es el asiento donde tienen que sentar. Los Wong también recomiendan que se les encomiende ya una primera tarea, que en el caso del primer día puede ser una breve presentación personal.
Recordatorios firmes pero amables y chistes en la medida justa
Intercalar chistes en las explicaciones o usar memes o canciones populares para redondear las presentaciones de los contenidos es un muy buen recurso para llamar la atención de los alumnos, pero como inevitablemente siempre habrá alguno que superará los límites, tendréis que marcar muy bien cuál es la línea roja. Por ejemplo, cuando una actividad divertida, como un juego, provoque un ruido excesivo dentro del aula, podéis recordarlos que para jugar y pasarlo bien no hay que gritar.
Mantener la dignidad de los alumnos disruptivos
La mejor manera de establecer una relación equilibrada con los alumnos más disruptivos es evitando llamarles la atención constantemente en público. Es más efectivo mantener conversaciones individuales y no solo nos referimos a echarlo del aula sino también dentro. ¿Cómo? Acercándonos hasta su lugar y hablando de forma tranquila y en voz baja.
Nuestra vida personal, a raya
Está bien que los alumnos conozcan el nombre de vuestro perro, la serie de televisión que estáis viendo o qué es vuestra comida preferida. Pero hasta aquí. No hace falta que sepan más. También es mejor evitar seguir o interactuar con los alumnos en las redes sociales.
Si tienes favoritos, ¡que no se note!
Siempre habrá alumnos con los cuales os entenderéis mejor, pero porque el conjunto de la clase os respete y no emerjan celos hay que mantener el mismo trato para todos. También es importante detectar las camarillas, los líderes y los alumnos menos populares y solitarios que, desgraciadamente, son quienes más peligro corren de sufrir bullying.
Evitar participar en todas sus conversaciones
Youtubers, sesiones de Twicht, el último baile viral del Tik tok, canciones de moda, videojuegos…. No hace falta que os esforcéis en participar en todas sus conversaciones. Además que resulta imposible estar al día de todas las novedades y las palabras argot propias del universo adolescente, es conveniente respetar sus espacios de diálogo y códigos propios.
Recordar cuál es nuestro rol
Los alumnos no necesitan tanto que seáis sus amigos como los suyos “guías” de viaje. Ser su segundo par de ojos para poder moverse mejor ante los obstáculos que se vayan encontrando. Uno de los mejores roles que podéis tener como maestros es el de darles suficiente seguridad porque se aventuren a salir de su zona de confort para hacerlos progresar en sus diferentes procesos de aprendizaje.
Y un último consejo para los maestros que se estrenan….
Encontrar este equilibrio requiere tiempo y práctica. Sed pacientes con vosotros mismos y no os presionéis. Incluso a los maestros más veteranos se les escapa el control del aula en determinados momentos. Lo más importante es comunicaros siempre de forma clara y respetuosa. Recordad que a vuestros alumnos los gusta divertirse pero también quieren ser tomados seriamente.