“En este oasis la tecnología no es la finalidad sino una herramienta”

Entrevistamos a Nuria Robles, responsable del FabLab León, uno de los más importantes de la Península

El FabLab de León tiene más de un centenar de alumnos en sus actividades extraescolares

17 de julio de 2023 - Redacció

El Fab Lab León se inauguró en noviembre de 2011. Entonces su eslogan era Nos hemos perdido las primeras revoluciones industriales, esta no nos la perderemos. Lo que proponen es que niños y jóvenes no sean solo consumidores de tecnología, sino vayan un paso más allá. Están orgullosos de formar a los creadores del futuro y no es para menos porque este laboratorio de fabricación digital es un referente por todas aquellas personas que quieren despertar su curiosidad y darle alas.

¿Qué aporta a los niños convertirse en creadores de tecnología en lugar de ser simples consumidores?
Cuando empiezan a crear tecnología ni son conscientes de ello, pero van por la calle y saben cómo funciona una farola con detector de presencia, porque ellos saben instalar un sensor de luz en un circuito Arduino. Lo importante no es que fabriquen tecnología sino que empiecen a entender como están fabricadas las cosas, que se les despierte la curiosidad y la posibilidad de crear cosas nuevas.

¿Es una puerta abierta a la creatividad?
Vemos que cuando son más pequeños se atreven a imaginar y construir cualquier cosa pero al llegar a secundaria se despiertan los miedos a exponerse o a que los ridiculicen, dudan si su idea gustará y no se sienten bastante libres para compartir sus ideas. Por eso es importante estimular la creatividad porque así tienen una herramienta más. Aquí la creatividad pasa de cortar con tijeras y papel a montar leds o sensores, las posibilidades son infinitas e ilimitadas.

¿Y a ti que te ha aportado el FabLab?
Llegar al trabajo con una sonrisa y ganas de enseñar lo que sé. Aquí tú eres la protagonista de tu propio proceso de aprendizaje, para alguien que le gusta seguir aprendiendo es maravilloso porque es un camino sin fin. También siento la responsabilidad de cumplir nuestra misión y visión, a la cual llamamos Visión 999. Se tratar de conseguir para 2030 una comunidad de 900 makers, personas que juegan y trastean con la tecnología, 90 innovadores, personas capaces de trastear con problemas, y 9 emprendedores, personas capaces de trastear con oportunidades. Quién trabaja aquí quiere transmitir este conocimiento e inspirar a los más pequeños para que hagan el recorrido que quieran.

¿Por qué creasteis el FabLab León?
Cuando empezamos nuestro eslogan era, Nos hemos perdido las primeras revoluciones industriales, esta no nos la perderemos. El objetivo era ser capaces de atraer cosas interesantes para León, como llevar conferenciantes que hicieran charlas y estimular el interés de la ciudadanía por la ciencia y la tecnología pero no nos acababa de cuajar. En 2010, cuando descubrimos el universo de los FabLab, entonces vimos claro que esto era lo que necesitábamos y queríamos. Para el fundador del FabLab, el laboratorio de fabricación digital es un Fabulous Lab (Laboratorio Fabuloso), y lo es porque se puede construir casi cualquier cosa.

¿Cómo queréis incidir en la ciudadanía?
Nos gustaría contribuir a crear una ciudad atractiva para nuestros jóvenes, para que creen ideas innovadoras que les permitan desarrollar su profesión en nuestra ciudad, y también promover el desarrollo del talento necesario para integrarse en las empresas locales.

¿Recuerdas los inicios?
Al principio el modelo de negocio basado en la idea de los gimnasios, donde los usuarios pagaban una cuota y tenían acceso ilimitado a todas las máquinas. Con una tarifa mensual de 30 €, teniendo en cuenta que 1 hora de una máquina láser cuesta 40 €, resultaba sumamente benficioso. Nuestra intención era que cualquier persona pudiera acceder al FabLab pero descubrimos que el proceso de aprendizaje de los adultos es bastante lento. Además nos dimos cuenta que los adultos que disponían de recursos económicos les faltaba tiempo, y a la inversa. A partir de aquí apostamos por  la formación de un equipo especializado, centrándonos en enseñar a niños y niñas a través de actividades lúdicas. Nuestro hito era la misma que ahora, que se diviertan mientras adquieren habilidades  necesarias por el futuro.

¿En otros FabLab es habitual la formación STEM como extraescolar?
Hay otros FalLabs que ofrecen formación STEM pero no es muy frecuente. Este es un espacio de fabricación digital para todo el mundo pero sobre todo para niños, niñas y jóvenes. Aquí les ofrecemos una manera diferente de aprender tecnología, aprenden haciendo. La idea es ir formando a estos niños y niñas en programación y fabricación digital porque cuando lleguen a la edad adulta tengan los conocimientos necesarios para desarrollar su proyecto. En 2015 solo teníamos una alumna y ahora tenemos más de 100 haciendo extraescolares en el FabLab.

«Tenemos el programa Poderosas, exclusivo para niñas a partir de 6 años»

¿Cómo funciona el extraescolar?
Hemos diseñado un programa formativo estructurado en un itinerario por niveles. Actualmente, tenemos tres niveles y hemos empezado a diseñar el cuarto. A través de un total de 36 actividades, los participantes tienen la oportunidad de aprender varias tecnologías mediante proyectos de corta duración. A final de curso crean un proyecto final que integra todos los conocimientos adquiridos a lo largo del programa.

¿Qué papel juegan las niñas en el FabLab?
Tenemos el programa Poderosas, exclusivo para niñas a partir de 6 años. Cada vez hay más niñas pero todavía son pocas en comparación con los niños. Intentamos atraerlas a través de actividades que los resulten atractivas, desde muñecos que se les encienden los ojos a trajes cortados con la láser, y donde la tecnología no es la finalidad sino una herramienta que les permite hacer su proyecto.

¿A los leoneses los gusta el FabLab?
El boca oreja nos ha ayudado muchísimo, tenemos embajadores del FabLab que esparcen nuestra filosofía por toda la ciudad. Somos un recurso de la ciudad y una alternativa de ocio, sobre todo para los adolescentes que no encajan en las extraescolares más tradicionales. A menudo es un oasis. Aquí se encuentran con sus iguales compartiendo el gusto por la tecnología.