¿Qué hacen las empresas de EdTech con los datos de los alumnos?

Qué son los derechos digitales y por qué tenemos que proteger especialmente los de los niños y jóvenes dentro de las escuelas

27 de octubre de 2022 - Sonia Casas

¿Qué puede representar para el futuro de los niños y niñas el hecho que las grandes corporaciones tecnológicas estén almacenando sus datos desde primaria? ¿Tendríamos que parar más atención? ¿Por qué razones? Os intentamos responder a estas preguntas a través de diez puntos.

1. Un informe demoledor

En mayo del 2022 Human Rights Watch (HRW) hizo público un estudio después de analizar 163 programas o aplicaciones educativas (EdTech) que se habían usado en escuelas de 49 países durante la época de confinamiento por la pandemia.

Cómo se explica en este artículo, el estudio reveló que el 89% de estos productos de EdTech habían comprometido los derechos digitales de los niños. ¿De qué manera? En primer lugar, compilando datos sin el consentimiento de sus padres pero también supervisando qué hacían en el aula, identificando quiénes eran sus familiares y amigos y monitorizando los otros dispositivos electrónicos de sus familias.

2. Nuestros datos, el oro del siglo XXI

A estas alturas, todos lo sabemos: ante un servicio o producto digital gratuito, el negocio somos nosotros. Y, con todo, seguimos clicando y aceptando las condiciones para poder utilizar aquella aplicación o programa. Su gratuidad, la necesidad y la practicidad de las soluciones que nos ofrecen, nos podan. Tanto es que me cojan los datos -nos llamamos a nosotros mismos-. No tengo nada que esconder.

Pero conviene remarcar que cuando hablamos de datos no nos referimos solo a nuestro nombre, dirección o año de nacimiento (a pesar de que estas tres cosas ya son realmente muy importantes). También son nuestros gustos, ideología, desplazamientos, deseos, preocupaciones, filias y fobias, gastos regulares, actividades lúdicas…

3. Y donde van a parar los datos?

La gran mayoría son compradas por empresas de AdTech, plataformas que ayudan a las agencias publicitarias a la hora de diseñar sus estrategias de publicidad digital. Lo demuestran las conclusiones a las cuales llegó el informe de HRW: de los 163 recursos tecnológicos educativos estudiados, 145 cedieron los datos de los estudiantes a otros empresas de AdTechs a pesar de que solo 35 indicaron a sus políticas de privacidad que la información de los alumnos se utilizaría con fines publicitarias.

4. Publicidad conductual y productos personalizados

Esto permitió a los algoritmos de estas empresas de AdTech elaborar una radiografía de cada alumno, cosa que permite personalizar contenidos y anuncios, predecir qué intereses tendrán en el futuro y poder influenciarlos. Todo, gracias a datos extraídos de entornos educativos que los niños y jóvenes tuvieron que usar durante la pandemia.

5. De donde provienen los datos que estas empresas extraen de las escuelas?

Hay tres canales: la administración, que tiene los datos que los padres dan en la escuela para que su hijo pueda ser inscrito; la propia escuela, que compila otros muchos datos necesarios para sus sistemas de evaluación y de trabajo interno. Hablamos de registros sobre el comportamiento del niño, de los exámenes y de sus adelantos o dificultades diarias. Finalmente, están los datos que las propias empresas de EdTech extraen a partir del uso que se hace de sus software.

6. ¿Qué impacto puede tener en el futuro de los niños y jóvenes?

Esta es la gran incógnita. Lo explica muy bien en esta entrevista Jenn Persson, fundadora de la ONG Defend Digital Me, que hace campaña por la privacidad y los derechos digitales de los niños del Reino Unido: “En estos momentos, es muy difícil predecir cómo estas empresas tecnológicas pueden estar influyendo en el aprendizaje de los niños o en la manera como interactúan con sus patrones de comportamiento”, dice.
Algunas aplicaciones ya han cambiado la manera de comunicarnos y de relacionarnos. Por lo tanto, no es difícil imaginar que las aplicaciones educativas también pueden modificar otros aspectos relacionados con el aprendizaje de los niños. Por eso, como asegura Persson, los padres y maestros tienen que empezar a ver las plataformas digitales no solo como una cuestión tecnológica, sino social.

7. ¿Qué pueden hacer los maestros?

Formarse para ser capaces de entender y dominar los software libres. Cómo explicaba la filósofa Marina Garcés a Habilis en esta entrevista: “Si Google domina el sistema educativo es porque sabe ofrecer la solución a una necesidad antes incluso que nos lo hayamos planteado. Antes de poder imaginar cómo querríamos que fuera un entorno educativo virtual, aparecen ellos y nos lo solucionan.”

8. El importante papel de las familias. El caso del Plan de Digitalización Democrática de los Centros Educativos de Barcelona

La concienciación de las familias también es capital y lo demuestra la siguiente iniciativa. El 2019 un grupo de padres y madres se puso en contacto con la entidad Xnet para buscar alguna alternativa en las plataformas de software de las grandes empresas tecnológicas. El Xnet es un proyecto colaborativo nacido el 2008 liderado por la docente, activista y estratega tecnopolítica Simona Levi y aborda cuestiones relacionadas con los derechos digitales, los datos, la inteligencia artificial y la neutralidad de la red.
El Xnet y este grupo de familias impulsaron el Plan de Digitalización Democrática de los Centros Educativos creando un herramienta de software libre y código abierto pensada especialmente para escuelas y entornos educativos. Se denomina Digital Democràtic y ya está funcionando en varias escuelas de Barcelona, cosa que ha permitido en estos centros volver a ser soberanos de sus datos.

9. Programarios libres: ventajas e inconvenientes

El software libre no ha conseguido todavía ser tan práctico ni funcionar todo lo bien que los programas de Microsoft, Apple o Google. Es por eso que cada vez parece más claro que la solución pasaría para conseguir que nuestras instituciones públicas, desde la UE hasta los Ayuntamientos, invirtieran energía y dinero en la elaboración de software libres que puedan competir con los de las grandes empresas tecnológicas.
El software libre es un software abierto al público con múltiples ventajas: es auditable, modificable y reutilizable por cualquier persona.; permite cambiar de proveedor cuando se quiera manteniendo una coherencia tecnológica y facilita la creación de nuevas funciones, conectores e integradores por parte de cualquier programador. Todo ello también permite que, si la empresa que lo crea desaparece, otros lo puedan continuar desarrollando.

10. ¿Y si… limitáramos el uso de la tecnología en las escuelas?

Ante todo lo expuesto, parecería lógico cuestionarnos si es pertinente la introducción de la tecnología a las aulas. De hecho, fue una de las preguntas que se hicieron en el primer Encuentro Internacional de Educación Digital Democrática y Open Edtech organizada por Xnet y a la cual asistió Habilis el julio pasado. La impulsora de Xnet, Simona Levi, explicó que en ningún caso podemos demonizar Internet ni caer con la tecnofòbia. “Internet es una gran herramienta de democratización para toda la sociedad y es importante que se deje de confundir con Google o Facebook. Es cómo si confundiéramos la comida con el MacDonalds”, va dir. Con todo, Levi alertó que hay que trabajar para que las administraciones públicas, las educativas también, dejen de invertir el dinero en empresas tecnológicas que usan código cerrado, a veces por intereses de partido pero a veces también por pura ignorancia.