A menudo, los problemas derivados de la tecnología no son cosa de la herramienta en sí, sino del uso que se hace. Y los grupos de WhatsApp de padres y madres en las escuelas es uno de estos casos. Tal como dice en este artículo Nati Cabrera, profesora de los Estudios de Educación y Psicología de la UOC, “una cosa es mantener buenas relaciones con la comunidad de padres y querer participar del día a día en la escuela y el otro es convertir el whatsapp en una agenda paralela que ahorra a los niños, sobre todo a partir de determinadas edades, a asumir sus responsabilidades.” El ejemplo más claro es el de pedir una imagen de la página de deberes cuando el niño/a se olvida el libro a clase o encargarnos nosotros, vía whatsapp, de la investigación de la toalla que se ha dejado al vestuario.
Con todo, es evidente que los grupos de whatsapp de padres y madres se han convertido no solo en un medio de comunicación que ha venido para quedarse sino en una herramienta esencial a la hora de comunicar novedades, organizar actividades y estar al día. El problema es que, desde aquí, es fácil pasar a la crítica irreflexiva hacia los maestros o a discusiones entre padres que, sin esta herramienta, posiblemente nunca se habrían producido.
Ante esto, el sociólogo y director de Humanidades de la UOC, Francesc Núñez, propone este decálogo de normas y actitudes para hacer un buen uso de los whatsapp en la escuela.
- Ser siempre respetuoso con las opiniones de los otros y no hacer comentarios ofensivos hacia nadie.
- Evitar responder en caliente. Dejar pasar siempre un tiempo prudencial por no precipitarse en los comentarios.
- Poner siempre en entredicho la credibilidad de algunas de las informaciones compartidas. Asegurarnos de su veracidad antes de hacer juicios de valor previos.
- Evitar el alarmismo: una situación o hecho que afecta a un individuo no tiene por qué afectar a todo el mundo.
- Vigilar con el etiquetado de profesores, alumnos, familias… para evitar crear imágenes falsas o distorsionadas.
- Descontextualizar los mensajes que se reciben, es decir, tener en cuenta en qué contexto se ha transmitido una determinada noticia o comentario.
- Evitar explicar temas personales y enviar mensajes basura (fotos, chistes o «memes» a pesar de que a nosotros nos puedan parecer divertidos.
- Evitar personalizar las discusiones en una persona, alumno, familia en concreto.
- Tener presente el llamado «efecto tamaño», es decir, la dimensión que puede tomar un comentario irrespetuoso en un espacio público (como WhatsApp) y que puede llegar a escapar de nuestro control.
- Tener en cuenta la imagen personal y familiar que transmitimos cada vez que escribimos un comentario al grupo.