Qué es un agujero negro? Por qué la tierra gira alrededor del sol? Es posible la vida extraterrestre? Estas son algunas de las muchísimas preguntas que prácticamente todo el mundo se ha hecho cuando es pequeño. Las ciencias del espacio pueden ser un buen punto de partida para despertar la curiosidad de niños y jóvenes por esta y otras disciplinas que encontramos entre las siglas STEM (Science – Technology – Engineering – Maths). hablamos con Ignasi Ribas, director del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya.
¿Cómo se tendrían que fomentar las vocaciones STEM?
Encontrando actividades que funcionen como espejo, donde personas de diferentes ámbitos, etnias y géneros puedan inspirar a las nuevas generaciones para que se interesen y quieran seguir adelante con estas disciplinas. Se trata de visibilizarlas y hacerlas atractivas. Para conseguirlo no hace falta que sean divertidas ni que se haga a través del juego, solo hay que diseñar proyectos comprensibles, que incluso pueden ser fáciles.
Sobre el papel parece fácil ¿pero a la práctica?
Quizás aún no se hace lo bastante bien. Con las matemáticas suele haber la percepción que son difíciles. Tiene que desaparecer el mito que las ciencias son complicadas porque la ciencia es muy cotidiana, está presente en nuestro día a día. Solo se tienen que aprender las normas del lenguaje matemático para comprenderlas, 2 + 2 siempre son 4. En cambio otros disciplinas están llenas de excepciones o requieren de procesos de abstracción que dificultan su aprendizaje.
¿Qué se tendría que cambiar para hacer más atractivas las matemáticas?
El sistema tendría que ser ambicioso, invertir tiempo y dinero para adaptar los contenidos para que sean comprensibles para todo el mundo, respetando los diferentes ritmos y necesidades del alumnado, también de los que pueden avanzar más rápido. Aquí a menudo, con la voluntad de no dejar a nadie atrás, se opta para ofrecer un nivel asequible por el conjunto, nos olvidamos que no todo el mundo avanza al mismo ritmo. Las extraescolares podrían ser una buena opción por quien quiera saber más pero es discriminatorio por quien no tiene suficientes recursos.
Buscar videos en You Tube, canales de tik tok especializados… ¿puede ser una alternativa?
Sí pero es insuficiente. Son materiales que dan respuestas pero no educan. Lo que da valor es que alguien lo explique y se le puedan plantear dudas, sino quien quiere aprender acaba perdido. El conocimiento unidireccional acaba rápido, es mucho más enriquecedor el bidireccional, con un docente capaz de responder.
Los maestros tendrían que sentirse tan seguros resolviendo dudas sobre Tirant lo Blanc como de los agujeros negros.
¿Es fácil responder este tipo de preguntas?
En principio sí, no es necesario ser un profesional STEM, con un mínimo de formación se podrían resolver. Aun así la mayoría del profesorado se siente incómodo, cree que no está sunficientmente preparado e invita a profesionales del ámbito que quieren tratar. Los maestros tendrían que sentirse tan seguros resolviendo dudas sobre Tirant lo Blanc como de los agujeros negros.
¿Pero se sienten suficientemente cómodos?
Cuesta. Conseguir que los docentes tengan un abanico de conocimientos amplio aunque sea superficial es todo un reto. No tendrían que tener miedo a enfrentarse a preguntas de física, necesitan más herramientas. Lo que marca la diferencia es la formación del profesorado, que puedan acceder a una oferta formativa de calidad y que sean conscientes que aprovechando la formación serán mejores docentes. Seguramente si su trabajo tuviera más prestigio y estuviera mejor pagada ayudaría.
¿Entre las siglas STEM alguna materia sale mejor parada que el resto?
El espacio es una disciplina privilegiada, a menudo los más pequeños se plantean muchas preguntas relacionadas y tienen ganas de aprender. Se tendría que aprovechar su curiosidad innata y darle tanto recorrido como sea posible. Es una materia a través de la que se pueden vertebrar otras disciplinas del ámbito STEM, el punto de partida puede ser el universo y también hablar de matemáticas, física o ingeniería.
¿Proyectos como la misión Hypatia I ayudan a acortar distancias?
Por supuesto. Tiene el envoltorio de un proyecto científico de investigación que llama la atención y el más importante es que ha desmostrado que las tripulantes además de ser capaces de salir adelante un proyecto de esta envergadura, se convierten en modelo porque las niñas se reflejan en ellas y sobre todo porque las ciencias experimentales, que a menudo están poco visibilizadas, sean noticia y todo el mundo hable de ellas.