Cuando cuatro jugadores de fútbol hacen un rondo, forman un cuadrado. Cinco, hacen un pentágono. Calcular distancias y velocidades, trazar ángulos, mesurar la fuerza del chut, calcular la trayectoria de un lanzamiento, establecer perímetros…
Cada jugada y cada partido condensan un montón de conceptos matemáticos y científicos. Ahora, un robot con forma de pelota permite que los chicos y chicas visualicen todas las matemáticas que esconde este deporte.
Encima de una lona de 2X3 m que recrea un campo de fútbol, los niños programan la pelota para que haga un rondo, para que vaya a un córner, para que abra la pelota a la banda y también recrean jugadas concretas o goles de un equipo combinando varias pelotas (una hace de pelota y las otras de jugadores). Para que la esfera haga los movimientos hay que calcular los grados de los ángulos, las distancias, los tiempos y todo esto se tiene que programar.
Los chicos y chicas aprenden pensamiento computacional y programación mientras recrean jugadas de gol o calculan trayectorias
El proyecto educativo en concreto se denomina Sphero Sports y el Nàstic de Tarragona, entidad que siempre ha puesto mucho de énfasis en la formación, es el primer club deportivo del Estado español que lo está introduciendo tanto en sus categorías inferiores durante el año académico como en su campus internacional de verano, la Nastic Soccer Academy (NSA) al cual cada año acuden chicos y chicas de todo el mundo.
El fútbol base del Chelsea, los pioneros
Todo empezó cuando Matt Mead, uno de los jefes de formación del fútbol base del Chelsea, decidió incluir la robótica y la programación en su programa formativo de fútbol base. Enseguida se dio cuenta del fuerte impacto que tenía esta nueva línea de aprendizaje. “Los niños no sólo asimilaron naturalmente conceptos propios de la lógica de programar sino que mejoran las dinámicas del trabajo en equipo y los enriquece personalmente a la hora, por ejemplo, de resolver problemas o tomar decisiones”, nos explica Lluís Molas de RO-BOTICA, la empresa que está introduciendo este programa en el Estado.
Ante el éxito, Mead decidió extender el modelo en otros equipos de fútbol a través de la asociación EFDN y estableció una colaboración con Sphero, la empresa de robótica educativa número 1 de los Estados Unidos que tiene, como robot insignia, una esfera llamada Bolt.
La manera de programarla está basada en el sistema de bloques (tipo Scratch) de una forma muy sencilla y visual, tiene una carcasa robusta y sumergible y una matriz de luces LED donde se pueden mostrar un montón de imágenes. Era, pues, la herramienta perfecta para conformar este programa educativo de habilidades STEAM de tipo futbolístico en el cual se ha convertido Sphero Sports.
Los Sphero Sports, también en la escuela
“Como extraescolar de un club de fútbol es una actividad increíble porque se trabajan las matemáticas, la estrategia del fútbol, la táctica de grupo… Un conjunto de cualidades que permite a los niños crecer. Ojalá lo acaben haciendo todos”, asegura Mar Egea, jefe del departamento de matemáticas de primaria de la escuela Camp Joliu.
En esta escuela, que es donde en verano se hace la Nastic Soccer Academy, ahora también lo prevén incorporar a la ESO. “Tenemos un proyecto de matemáticas, el EntusiasMAT, en el cual trabajamos juegos manipulativos y el aprendizaje es vivencial donde la robótica encaja muy bien, se incorpora de forma natural”, asegura.
Respecto a la rareza que pueda suscitar combinar la robótica con una actividad deportiva, Egea, que también es especialista en educación física, asegura que lo importante en la integración de la tecnología en la educación es encontrar el equilibrio. “Ni todo tecnología ni todo libros, el futuro está en que los niños obtengan el aprendizaje de las propias experiencias vividas y, en esto, la tecnología es una herramienta que puede ayudar mucho.”