Las placas de programación están entrando, poco a poco, en el día a día de las escuelas, sobre todo en el de aquellas que apuestan por la robótica educativa, Podemos decir que son pequeños ordenadores que los mismos alumnos pueden programar para crear objetos electrónicos interactivos, como, por ejemplo, los robots. Es, pues, un hardware y tal como pasa con los ordenadores tienen puertos de salida y de entrada a los cuales se pueden conectar otros elementos que en este caso no son teclados ni ratones sino sensores o actuadores.
Una de las que está ganando más popularidad es la micro:bit, creada en 2015 por la BBC (Reino Unido) y que ya se ha extendido por miles de escuelas, convirtiéndose en una herramienta ideal para que los alumnos se introduzcan en el mundo de la robótica y la programación. De hecho, se calcula que 39 millones niños y jóvenes de 60 países diferentes ya han utilizado, según datos de la Micro:bit Educational Foundation, la cual también ha impulsado 30 proyectos educativos en diferentes zonas del mundo, para fomentar los conocimientos digitales y las vocaciones STEAM entre los colectivos más desfavorecidos.
«Queremos que todos los niños tengan la capacidad para construir su propio futuro digital»
La placa
Robots educativos como el Maqueen, Smart car, Cubtebot, o Mini Smart Turtle Car, ya la usan como cerebro. Pensada para alumnos del último ciclo de Primaria, la micro:bit dispone de 25 micro-LEDES y Bluetooth para poder ser conectada sin cables. Además, las nuevas placas llevan ya incorporados dos botones, sensor de temperatura, acelerómetro, micrófono, altavoz y sensor táctil e incluso pueden reaccionar ante sonidos con el micrófono que viene incorporado o reproducir sonidos por el altavoz. En su parte inferior también dispone de cinco anillos para conectar otros cables de entrada o salida.
Creando un futuro digital
Tal como explica el CEO de Micro:bit Educational Foundation, Gareth Stockdale, el objetivo de esta placa es “conseguir que todos los niños tengan la capacidad para construir su propio futuro digital” y esto pasa porque todos ellos tengan la oportunidad de aprender a programar, manipular robots, entender cómo funcionan y trabajar utilizando el pensamiento computacional. “Queremos que los niños dejen de ser solo consumidores de tecnología y sean también creadores”, remarca el CEO de la fundación.
De hecho, las múltiples aplicaciones que tiene esta pequeña placa y la capacidad que tiene para interactuar con otras micro:bit, no solo busca enseñar a programar, sino el que vuelan es “fomentar la creatividad entre los alumnos, puesto que en el futuro, además de saber programar, también tendrán que tener capacidad para crear, para colaborar entre ellos y comunicar”, explica Stockdale, que recuerda que “no queremos crear un ejército de ingenieros, sino que haya varios perfiles de profesionales que tengan acceso en la tecnología, para que representen un espectro más amplio de la sociedad, puesto que esto querrá decir que serán más capaces de buscar soluciones a los problemas. Si los niños adquieren ahora estos conocimientos, más adelante tendrán la capacidad de incidir en los retos que definirán nuestra sociedad del futuro”.
Formación para docentes
La Fundación Micro:bit no solo se dedica a comercializar la placa de programación, sino que también quiere ser un instrumento educativo, tan por alumnos, como por docentes. Por eso ofrece cursos y materiales para docentes, tanto para aplicar los usos de esta placa en el aula, como para que tengan la capacidad de educar digitalmente sus alumnos. “Tenemos muchos escenarios de futuro bastante inciertos, como la IA o el metaverso, donde será necesario tener una buena educación al respecto. ¿Cómo protegeremos nuestros alumnos y su privacidad? Tenemos que construir un conocimiento para los docentes para que eduquen sus alumnos, porque estos sean capaces de tomar las mejores decisiones en cuanto al uso de la tecnología”.