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Aprender con las manos

Maria Pascual: “Los jóvenes nunca deberían dejar de hacerse preguntas”

La científica catalana investiga los secretos del genoma de la ‘Turritopsis dohrnii’, la medusa inmortal
Pascual és investigadora marina i molecular a la Universitat d’Oviedo
Su tarea podría abrir la puerta a nuevas investigaciones sobre la causa de determinadas enfermedades vinculadas al envejecimiento
1 de mayo de 2023 –
 Gemma Castanyer

De cuestionarse por qué hay medusas en el mar cuando el agua es fría, a convertirse en una reconocida científica catalana que ha descifrado el genoma de la Turritopsis dohrnii, bautizada popularmente como la medusa inmortal, y es que en un ciclo de vida avanzado esta especie tiene la capacidad de rejuvenecerse y volver a una fase inicial de pólipo. Maria Pascual (Barcelona, 35 años)  es la primera autora -junto con la bióloga molecular Dido Carrero- del estudio que se ha publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences,  y que podría abrir la puerta a nuevas investigaciones sobre la causa de determinadas enfermedades vinculadas al envejecimiento.

Gracias a su pasión por el mar y a aptitudes como la curiosidad, la capacidad de esfuerzo y la perseverancia, María es hoy investigadora marina y molecular en la Universidad de Oviedo. Una profesión que ha ido construyendo casi sin querer, guiada en todo momento por la voluntad de encontrar respuestas a sus preguntas. Hemos hablado con ella sobre su trayectoria laboral y profesional, y sobre las luces y sombras de su sector. Si os encontráis en la etapa de escoger estudios, no os perdéis algunos de los consejos que nos ofrece.

¡Gracias Maria y mucha suerte en el futuro!

Cuando nos encontramos una medusa en el mar, la mayoría de las personas huimos o bien gritamos. Tú, en cambio, probablemente te quedarías a observarla. ¿Cuándo surge el interés por estos organismos tan peculiares?
Recuerdo que tenía unos 20 años, era un día de primavera y había bastantes olas en el mar.  Cómo me gustan mucho los deportes acuáticos, estaba haciendo bodyboard y vi que había muchas medusas en el agua a pesar de que estaba bastante fría. Yo tenía la creencia que las medusas aparecen cuando la temperatura del agua es alta y quise trasladar la pregunta a un profesor de la universidad. Entonces estudiaba Ciencias Ambientales y le planteé la duda al titular de la asignatura de Meteorología. Discutimos sobre el tema y me aparecieron muchas más incógnitas, tantas que decidí hacer el proyecto final de carrera en el Instituto de Ciencias de Mar y especializarme en la ecología de las medusas.

De hacer bodyboard en el mar, a convertirte en una investigadora de renombre ¿Qué finalidad tienen las investigaciones que lleváis a cabo en vuestro laboratorio?
El objetivo es aportar ideas. Observamos los mecanismos de envejecimiento de estos organismos para entender mejor los nuestros, como seres humanos. Es un trabajo de exploración, pero en lugar de explorar un bosque o un mar, exploramos una especie en una escala muy pequeña como es la genómica.

¿Estas investigaciones son un paso más en la investigación de las causas de enfermedades relacionadas con el envejecimiento en humanos?
Podrían ayudar. Pero no solo a entender las causas de determinadas enfermedades sino a entender como funciona nuestro mundo y a tenerle cierto respeto. Si podemos investigar organismos marinos tan diferentes es porque en la naturaleza conviven una gran diversidad de especies que están desapareciendo a raíz de la acción humana. En el medio marino podemos encontrar medusas de pocos milímetros (como la inmortal) hasta las que miden más de un metro y, además, tienen ciclos de vida muy diferentes. Son seres con mucha plasticidad y que se pueden adaptar muy deprisa al ambiente y esto las hace muy resistentes ¡Es un campo a explorar!

¿De pequeña, ya tenías claro que querías ser investigadora marina?
A pesar de que ya era muy observadora y curiosa, yo quería ser pintora porque me gustaba mucho pintar y dibujar. Finalmente, me decanté por las ciencias naturales con la intención de estudiar meteorología. Pero cuando estudiaba bachillerato descubrí la filosofía, que también me pareció apasionante. En el momento de escoger un grado tenía planteadas muchas opciones: filosofía, matemáticas, biología, física o ciencias ambientales. Escogí la última, que lo mezcla un poco todo (excepto filosofía) y cuando acabé los estudios  hice un máster en Ciencias de Mar, y posteriormente la tesis doctoral en el grupo de medusas del Instituto de Ciencias de Mar. Y para satisfacer mi curiosidad filosófica, ahora también estoy estudiando psicología ¡y lo estoy disfrutando muchísimo!

El momento de escoger unos estudios continúa generando estrés a muchos jóvenes y a sus familias. ¿Qué les recomendarías?
Creo que cada cual se tiene que ir construyendo su trayectoria en respuesta a sus intereses y curiosidades. Hoy, por suerte, hay más perfiles multidisciplinarios que tienen conocimientos supuestamente antagónicos, pero que gracias a esto se distinguen ante el resto. Por ejemplo, el artista Mónica Rikic estudió bellas artes, robótica y filosofía. Es una profesional única en el mundo. Todavía tenemos la creencia que si escogemos un camino tenemos que renunciar al resto y hoy esto ya no es así.

¿Los animarías a encaminarse hacia la investigación?
Sí, en caso de que tengan esta inquietud. Es importante que tengan la edad que tengan, nunca se dejen de hacer preguntas, por más absurdas que los parezcan, porque las preguntas su el motor del investigador. También los recomendaría que contacten con investigadores para ir a sus laboratorios; que incorporen estudios de programación a su currículum y que se muestren con una mentalidad abierta, sin prejuicios. La investigación es sacrificada, pero cuando descubres algo, la sensación que tienes es muy reconfortante!

¿Has sufrido discriminación en tu sector, por ejemplo, por el hecho de ser una mujer?
No, por temas de género no, al contrario, es un ámbito donde veo más chicas que chicos. Ahora bien, sí que he observado ciertas dinámicas de abuso de poder hacia los estudiantes en prácticas: hacerlos trabajar sin cobrar, no tener en cuenta sus opiniones, no reconocer sus adelantos…

¿Y una vez se logran las titulaciones, la competencia para trabajar es muy feroz?
Cada vez se invierte menos en investigación y se conceden menos becas en todos los ámbitos. Y si se invierte poco y hay menos presupuesto se pueden contratar a menos personas para hacer el mismo trabajo, hecho que impulsa que haya estudiantes que lo hagan gratis. Es un pez que se muerde la cola y una demanda que se mantiene.

“He arribat a crear un aquari a dins un microones”

La Maria Pasqual treballa amb un equip d’una vintena de persones. La seva tasca té fases diferents, des de l’anàlisi de resultats, la redacció d’articles, el treball de laboratori o el treball de camp -normalment recollint mostres al mar-. Tot i que passa força temps davant l’ordinador o examinant mostres, també ha hagut de ser enginyosa en la cerca d’instruments per tal d’aconseguir les mostres desitjades: “Normalment, utilitzem eines que formen part del protocol, però també ens cal tenir molta imaginació. En una ocasió vaig estar estudiant una espècie que cultivàvem en aquaris creats a dins un microones”.

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